Viajar a Formentera en primavera

¿Sabías que viajar a Formentera en primavera es una de las mejores opciones para disfrutar de una de las islas más maravillosas del mediterráneo? Los tres meses de la estación de las flores se convierten en la época ideal para conocer Formentera, la menor de las islas Baleares habitada y uno de los destinos más visitados y admirados del mundo que, durante los meses de verano cuenta con una sobre ocupación turística excesiva.

Sus rutas verdes, una gastronomía envidiable, las pequeñas calas más encantadoras, un sinfín de actividades para realizar y las mejores propuestas de alojamiento, convierten la isla en un destino imprescindible para disfrutar de unas vacaciones inolvidables.

Viajar a Formentera en primavera con más o menos días de estancia para poder conocer cada uno de sus rincones, merece planear algunos aspectos, para dejar otros momentos a recorrer la isla a la aventura o dejarse llevar por el ‘dolce far niente’, que nos ofrece este paraíso terrenal, tan cercano.

Nosotros disponíamos de 3 días para disfrutar de esta maravillosa isla, y así los organizamos.

Gracias al Ferry de Trasmapi que tiene salida , llegamos esta maravillosa isla. El ferry que une Ibiza y Formentera de forma rápida y muy confortable, convirtió el corto trayecto en una emocionante espera, que mereció la pena.

Formentera es una pequeña isla de apenas 83 km2 preparada para poder disfrutar tanto a pie, en bicicleta, moto o coche. Nosotros, en esta ocasión, y teniendo en cuenta que durante los meses de primavera hay menos afluencia de turistas, nos permitimos el lujo de alquilar un coche.

El hotel seleccionado para esta ocasión es el Cala Saona Hotel & Spa, ubicado en la cala que recibe el mismo nombre, uno de los rincones más bellos y tranquilos de Formentera; el Cala Saona Hotel & Spa ofrece todos los servicios para que cualquier estancia sea, sencillamente, inolvidable.

Un hotel de diseño, reformado, con piscina, unas vistas espectaculares, SPA y con acceso directo a la playa desde las mismas instalaciones hoteleras. Incluso el restaurante del hotel, el Restaurant Sol Post, cuenta con unas maravillosas vistas a la playa se convierte en el lugar ideal donde dejarse seducir por una combinación de tradición y vanguardia cautivadora, con una historia fascinante ya que varias décadas atrás, el abuelo de la actual propietaria, fue el fundador del extraordinario hotel, y punto de partida de nuestras particulares aventuras en la isla.

Un pequeño chiringuito de madera con embarcadero original nos da la bienvenida en la Cala Saona, el lugar ideal para disfrutar de las puestas de sol más embriagadoras del mundo.

Durante nuestra corta estancia en la isla disfrutamos de una jornada excepcional tras descansar en la misma playa de la Cala Saona por la mañana, degustar una deliciosa comida en el restaurante del hotel, el Restaurant Sol Post y una tarde de relax y mimos en el SPA del Cala Saona Hotel & Spa.

¿Mejor? Imposible.

Muchas son las actividades que Formentera te ofrece. Esta isla es ideal para relajarse conociendo sus pueblitos y calas y también para hacer distintas actividades. Decidimos conocer parte de la isla a caballo gracias a Rutas es Boixets, que nos organizaron una ruta turística por los campos de Formentera, entre caminos solitarios y paisajes únicos.

No podemos olvidarnos del Parque natural de Ses Salines de Formentera un espacio natural protegido, de visita obligada.

El descubrimiento del Restaurante Ca Na Joana, fue todo un acierto. Una de las propuestas gastronómicas más interesantes de la isla; una decoración exquisita, con una completa carta a la sombra de una exuberante buganvilla, en el pueblo de Sant Francesc de Formentera, un auténtico placer para los sentidos, 100 % recomendable.

Del mismo modo, te recomendamos que disfrutes de las puestas de sol del Faro de la Mola o el Faro de Cap de Barbaria, el punto situado más al sur de la isla, los lugares perfectos para deleitarse con la magia hipnótica del sol escondiéndose tras el mar, o los pequeños y encantadores pueblecitos que nos acogieron en cada visita.

Para finalizar, nos desplazamos hasta el mercadillo de Sant Francesc Xavier dónde encontramos a una de nuestras ceramistas favoritas, Tania. Artífice de las exclusivas vajillas de restaurantes de renombre y conocida por el nombre de Tinaja, nos despedimos hasta pronto de este rincón del mundo que nos acogió y al que volveremos, sin duda alguna.