& Magazine Otoño 2014 - page 74

B
ruce Weber. Un estilo.
¡Y vaya estilo! Sus motivos
son reconocibles, y su modo
de hacer peculiar, estético si
se quiere, o preciosista, pero con el que
acude implacablemente en busca de la
belleza. La belleza con letras mayúscu-
las; lo más significativo para él, y que
debe ser casi una norma impuesta, y me
atrevería a decir que hasta inconsciente.
Si estás acostumbrado a su obra reco-
noces una fotografía suya al instante,
de la misma manera que adivinas una
canción que te gusta escuchando tan
solo el primer acorde. Y nunca, jamás
de los jamases, verás una fotografía
suya que sea fea -por decirlo de alguna
manera-, en su catálogo, que por cierto
es increíblemente extenso: incontables
editoriales de moda, publicidad, retrato,
paisaje, y los desnudos, tal vez su tema
preferido.
Ha realizado calendarios como los de
Pirelli, y libros de fotografía, muchos de
ellos descatalogados, como el “Bear
Pond” y “The ChopSuey Club”, con unos
precios de coleccionista de lujo, o la se-
rie del libros-revista con exquisita encua-
dernación: “All-American”.
Un artista iconoclasta que domina todos
los géneros. Y es que Bruce Weber lleva
una cámara colgada al hombro a todas
horas. El hábito define al genio.
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