L
a gran urbe más poblada de
Europa, la antigua Constanti-
nopla, nunca deja indiferente
a los viajeros que se atreven a
adentrarse en una ciudad pla-
gada de contrastes, historia y patrimo-
nio. Una ciudad que vive en armonía
entre la cultura occidental y oriental,
entre la modernización que se descubre
en la zona europea, situada en una de
las orillas del Bósforo, donde podemos
encontrar el barrio de Beyoglu, antiguo
“refugio” de las embajadas europeas
durante el siglo XIX, y auténtico cora-
zón de la ciudad nueva y el irresistible
encanto de la cultura musulmana, con
el Gran Bazar como símbolo bullicioso
y máxima expresión de dicha cultura,
uno de los mayores bazares del mun-
do construido en el siglo XV, por orden
de Mehmed II, el séptimo sultán de la
casa de Osman. Más de 4.000 tiendas
repartidas en 58 calles; pasear por su
laberíntico espacio nos traslada a un
efervescente mundo donde los tejidos,
alfombras, joyas y enseres de todo tipo
nos invitan a sumergirnos en un am-
biente arrebatador e hipnótico.
Las cuatro maravillas de Estambul
Cuatro descomunales monumentos ar-
quitectónicos dominan y resumen la he-
rencia cultural de Estambul. La mezqui-
ta de Solimán el Magnífico, situada en
la tercera colina de la ciudad es la más
grande y una de las panorámicas más
conocidas y admiradas de la misma.
Los trabajos de construcción comenza-
ron en el año 1550 y finalizaron 7 años
más tarde. Mimar Sinan, arquitecto del
imperio otomano diseñó el edificio de
forma totalmente opuesta a la bizantina
Santa Sofía.
