Restaurante De Kas, Ámsterdam

En un conjunto de invernaderos construidos en 1926 en Frankendael Park, entre la Torre Rembrandt y Watergraafsmeer, en Amsterdam, descubrimos un extraordinario oasis de tranquilidad donde disfrutar de una excelente comida o cena entorno a un tipo de cocina donde prevalece la devoción a los productos de cultivo propio, ingredientes de proximidad y materia prima de temporada.

Tras conseguir una estrella Michelin, el prestigioso chef holandés Gert-Jan Hagerman, decidió dar un vuelco a su trayectoria profesional para recuperar y restaurar la original edificación que estaba a punto de ser demolida. Y el esfuerzo valió la pena. Con la ayuda de familiares, amigos y del propio municipio consiguió rescatar los invernaderos de su cruel destino para montar el conocido restaurante De Kas. En la actualidad, Gert-Jan dedica su sacrificio y empeño a cuidar de los viveros con los que aprovisiona la cocina del restaurante. Se le puede encontrar todos los días trabajando la tierra, sembrando y cosechando las mejores verduras, frutas y hortalizas, base de la preciada gastronomía que allí se sirve. Todo aquello que no puede cultivarse en los invernaderos, los productos frescos de temporada que necesitan crecer al aire libre se planta en un gran campo a unos 10 kilómetros de Amsterdam, en la región de Beemster.

Y si la comida de De Kas enamora los sentidos, el trabajo de interiorismo realizado por Piet Boon, diseñador holandés de prestigio internacional, enamora el alma. Un meticuloso trabajo de rehabilitación y una cuidadosa selección de mobiliario y objetos conjugan en perfecta armonía con el espectacular espacio de 8 metros de altura.

Disfrutar de un delicioso menú en el sensacional comedor principal o en el maravilloso jardín y patio, hacer negocios en uno de los reservados, y cómo no, el plato fuerte de la casa, reservado para pocos y curiosos comensales, “la mesa del chef”, una espléndida propuesta para compartir y disfrutar de una mesa en el corazón de la cocina, para deleitarse con el ritmo y trabajo frenético del staff de De Kas, junto a un menú especial acompañado por exquisitos vinos.

Sencillez y sabor y un profundo respeto por los ingredientes de primera calidad y cercanía, para un restaurante singular, el sueño de un maestro cocinero que nunca dejará de soñar.